El amor de pareja observado desde la perspectiva de El principito y su rosa.

Este catorce de febrero, como todos los años desde tiempos remotos, parejas de una gran parte del mundo marcarán el día intercambiándose regalos románticos y celebrando juntos, con la intención de aislar su amor especial de la rutina diaria y darle un lugar más central e importante.

Los que aún no tienen pareja fija puede que aprovechen esta fecha para declarar su amor o proponer matrimonio a quienes hayan cautivado sus corazones, y hay quienes eligen esta fecha para celebrar sus bodas.

En Israel, el día del amor o de los enamorados es celebrado por muchos dos veces al año. Una como en gran parte del mundo, el catorce de febrero, día de Valentín, cuando es festejado por jóvenes enamorados de diferentes pertenencias étnicas y religiosas que coexisten en el país, ya sea por sus propias costumbres, religión y tradición, o bajo la influencia del mundo global.

Otra, en la fecha judía del día del amor, que cae  el quince del mes hebreo de Av, que este 2022 coincidirá con el viernes 12 de agosto.

amor

Las raíces de la fiesta en su versión judía se remontan a los tiempos del Segundo Templo, cuando las mujeres de Jerusalén salían a bailar en los viñedos con vestidos blancos prestados (para no avergonzar a quienes no tuvieran los medios para comprarse sus propios vestidos) y los varones asistían al festejo con la esperanza de encontrar pareja y formar una familia.

Quiero aprovechar estos días rebosantes de imágenes románticas, corazones  y cupidos para obsequiaros con algunos pasajes relevantes del libro «Charlas desde el techo» del psicopedagogo y autor israelí Modi Brodetzki, que abordan el tema del amor de pareja desde el prisma de El principito y su relación con la rosa de su planeta:

 

amor

(En los párrafos a continuación, copiados del libro, lo que dice el psicopedagogo está sin negrita, mientras que lo que dice el adolescente está con negrita) 

«Una persona anda por la calle y, de repente, sin ninguna razón especial, su mirada se siente atraída por una joven concreta, arrastrando tras ella al corazón. Aunque en ese mismo momento paseen por la misma calle otras chicas incluso más bellas e imponentes que la primera, el flechazo de Cupido ya quedó fijado en su corazón. […]

[…] Ese amor misterioso que se enciende de repente tiene un papel muy importante, pero uno debe pensar también en lo que ocurre tiempo después de ese destello inicial de emociones.

Partamos de la suposición de que la joven y tú, tras intercambiar lánguidas miradas, os conocéis y hace ya algún tiempo que salís juntos. Entonces, en una ocasión, mientras caminas por la calle, otra joven despierta en ti el mismo tipo de emociones que ya conoces y, con su naturaleza tiránica, te hacen centrar toda tu atención en esa joven y sentir con todas tus fuerzas que deseas acercarte a ella. Además, según percibes, el sentimiento es recíproco.

Entonces, ¿qué harás con la otra chica? ¿Te gustaría mantener una relación de pareja sabiendo que cada salida rutinaria a la calle, tuya o de tu compañera, podría destruir todo lo que habéis construido?

—Está bien, pero ¿qué se puede hacer? Así somos. Por eso es todo tan complicado.

Te quiero contar un cuento sobre otro ser que se confundió mucho. Te relataré lo que ocurrió al pequeño príncipe del maravilloso cuento de Antoine de Saint-Exupéry.

En el planeta donde vivía, había una sola rosa, a la cual amaba. No creo que yo pudiera enamorarme de una rosa tan caprichosa, pero El principito la amaba, tal vez por el hecho de que era la única de su planeta y, por lo tanto, no conocía a ninguna otra.

Al acercarse al final de su recorrido y llegar a nuestro planeta, se encontró con algo que conmocionó su alma. En un jardín, un solo y único jardín, vio cinco mil rosas. ¿Puedes hacerte una idea de la gran desilusión y frustración que debió de sentir? De manera repentina e inesperada, su rosa perdió toda su particularidad. De pronto, esa relación que parecía tan clara y sobrentendida no era ya tan obvia. La duda acerca de lo acertado que había estado al elegir a su rosa comenzó a abrirse paso en el corazón del pequeño príncipe.

Miró a su alrededor, escrutando cada rosa y preguntándose: «Tal vez esta…, tal vez aquella…». Y así fue aumentando su confusión por momentos, mientras que sentimientos de desesperación e impotencia se apoderaban de él.

El principito comprendió que ese amor en el que tanto había confiado no era ya el mismo y que, desde ese momento, nunca más podría ya estar seguro de su amor. Cada día uno puede caminar por la calle y, de pronto, toparse con cinco mil rosas.

Incluso es suficiente con encontrarse con una sola más, y todo puede venirse abajo. El principito se tumbó de bruces en el suelo y rompió a llorar.

amor

—¿Así termina la película?

No, mi querido chaval. En este caso, el final es sumamente sorprendente. Tras una conversación profunda y significativa con un zorro que conoció por casualidad, regresó a las rosas y se expresó ante ellas sobre el tema del amor. Eligió palabras peculiares, muy diferentes de las que suele usar la mayor parte de las personas cuando hablan del amor.

[…] Les explicó que el amor que sentía por la rosa de su planeta no se debía a que ella fuera de verdad más especial que cualquier otra de las cinco mil rosas del jardín.

[…] Les comenta que él ama a su rosa porque es la única a la que cuidó, a la que protegió contra plagas, a quien escuchó aunque tuviera otras cosas que hacer. Dime, Yuval, ¿crees tú también que el empeño que uno pone en beneficio de un semejante es el que trae el amor que todos tanto anhelan? ¿No lo sabes? Al menos para el principito, el amor creado de esa manera es mucho más fuerte que cualquier encuentro nuevo que encandila los ojos y seduce los sentidos.

No podemos ni debemos ignorar la importancia de ese momento misterioso y mágico en el que dos miradas se encuentran y las chispas de la atracción hacen lo suyo.

Pero podemos comprender, como lo hizo El principito, cómo disminuye la trascendencia de ese momento cuando entendemos que, tras él, el amor se va edificando sobre todo con empeño, cuidado y concesiones mutuas.»

***

El libro «Charlas desde el techo» de Modi Brodetzki describe las conversaciones entabladas entre un adolescente con dificultades de aprendizaje y su psicopedagogo.

Las charlas abarcan un amplio espectro de temas que atañen tanto a adolescentes, padres y personal docente, como a toda persona amante de la vida y sus desafíos.

Escrito en un lenguaje claro y asequible para todos, aborda cuestiones morales y filosóficas sobre la autoaceptación, la toma de decisiones, la integridad y la ética, etc.

El libro está a la venta en Amazon.com, Amazon.es y Amazon.mx, tanto en versión digital (e-book) como en tapa blanda.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *