Esta vez ofrezco a mis queridos lectores, traducida al español, una entrada del blog (en inglés) «First.One.Through» que proporciona y analiza datos de una encuesta conjunta de árabes y judíos sobre el conflicto palestino– israelí.
El conflicto árabe-israelí tiene que ver con la presencia de judíos, no con las «fronteras de 1967»
El conflicto árabe-israelí recibe tanta tinta y análisis porque la región está siempre en constante evolución.
Sin embargo, algunas cosas permanecen constantes.
Los israelíes y los árabes palestinos se encuestan a sí mismos con frecuencia sobre sus opiniones acerca de diversos temas. Ocasionalmente, realizan encuestas conjuntas, como ocurrió el 24 de enero de 2023, cuando El Centro Palestino de Investigación sobre Políticas y Encuestas (PCPSR) y el Máster internacional en Resolución de Conflictos y Mediación de la Universidad de Tel Aviv publicaron los resultados de su encuesta conjunta («el pulso israelí/palestino» en hebreo), al tiempo que palestinos e israelíes se enzarzaban en una serie de ataques.
La encuesta conjunta es otra herramienta para evaluar cómo consideran los judíos israelíes, los árabes israelíes y los árabes palestinos (ya no hay judíos palestinos, pues los palestinos excluyen a los judíos de la definición) los distintos aspectos de la convivencia, y cómo cambian las tendencias de esas actitudes.
En muchos aspectos, los grupos coinciden en mucho: solo alrededor de un tercio de israelíes y palestinos apoya una solución de dos Estados, un porcentaje que ha seguido disminuyendo desde 2016. Alrededor del 85% de israelíes y árabes no confían el uno en el otro, y el 84% de cada uno se considera la víctima en el conflicto. Alrededor del 60% de cada grupo teme por su seguridad, aproximadamente el 93% de cada grupo cree que su bando es el propietario legítimo de toda la tierra, y alrededor del 70% de cada uno piensa que el conflicto es una relación de suma cero, en la que lo que es bueno para un lado es malo para el otro.
Entre las áreas en las que se observan algunas diferencias en los sentimientos se encuentra la posibilidad de una guerra total, con 40% de los palestinos y 26% de los israelíes a favor, y en la posibilidad de compartir la tierra con el otro bando, donde un tercio de los judíos israelíes estarían dispuestos a compartir la tierra con los palestinos, mientras que solo el 7% de los palestinos estarían dispuestos a hacer lo mismo con los judíos.
Este último dato —que solo uno de cada catorce árabes palestinos está a favor de compartir las tierras situadas entre el río Jordán y el mar Mediterráneo— es aterradora y debe interpretarse en el contexto de otra pregunta de la encuesta conjunta.
«¿Cuándo comenzó el conflicto?»
Al leer los periódicos y tomar en consideración las ideas propuestas para conseguir la paz en la región, uno imaginaría que los encuestados responderían «la Guerra de los Seis Días de 1967» a la pregunta de cuándo se originó el conflicto, ya que fue entonces cuando comenzó la «ocupación», y puesto que las fronteras de Israel antes de dicha guerra son los contornos propuestos en el Plan de Paz saudí.
Sin embargo, solo el 8% de los árabes palestinos y el 5% de los judíos israelíes creen que ese es el comienzo del conflicto.
Una mayoría, tanto de palestinos como de judíos israelíes (60% y 52%, respectivamente), cree que el conflicto comenzó con la Declaración Balfour en 1917 y la oleada de inmigración sionista. O sea que, según dicha opinión mayoritaria, es el aumento de la presencia de judíos en la región —con apoyo internacional— lo que constituye el corazón del conflicto, y la razón por la que apenas un 7% de los palestinos consideraría la posibilidad de compartir parte de la tierra con los «colonialistas» judíos.
Solo los árabes israelíes no mantienen esa postura, ya que creen que el conflicto comenzó con la declaración de la independencia de Israel, lo que tiene sentido, puesto que fue entonces cuando comenzó su nueva realidad (la de ser árabes palestinos con ciudadanía israelí). Similarmente, son el grupo más proclive a promover las buenas relaciones entre judíos y árabes (70%), seguidos de los judíos israelíes (56%). Solo muy pocos palestinos están a favor de promover las buenas relaciones (22%), ya que la posibilidad de una «normalización» de las relaciones ha sido puesta en la lista negra.
Los palestinos no creen que el conflicto árabe-israelí tenga que ver con la tierra o la religión. Piensan que se trata de la presencia física de judíos en una tierra que consideran exclusivamente suya. Hasta que el mundo no se centre en cambiar este punto de vista palestino, no habrá esperanza de una solución pacífica.
Fuente: First.One.Through https://firstonethrough.wordpress.com/2023/01/30/the-israeli-arab-conflict-is-about-the-presence-of-jews-not-the-1967-borders/